Lionel Messi, ¿se queda o se va?
El 27 de junio de 2016, Chile se coronaba bicampeona de América tras superar, en los penales, a una selección argentina comandada por Messi.
–Ah, ¡qué tonto fui! –habrán dicho muchos de los que le cerraron las puertas en Argentina cuando miraban por televisión como ese petiso se convertía en el goleador más joven de la historia del FC Barcelona.
Una servilleta, sí, una servilleta fue donde, por vez primera, Messi firmó un contrato para el Barça. Y es que alguien tuvo una corazonada, alguien tuvo visión, alguien tuvo ¿suerte? Llámelo como quiera. Lo cierto es que si no hubiera sido por Charly Rexach, en este momento no estaríamos hablando de esto, y simplemente nos limitaríamos a escribir sobre la mejor Chile de la historia. Entonces vale decir: ¡Gracias, Charly!
Pasaron los años, las hormonas de crecimiento funcionaron y, con 1,69 de estatura, Messi debutaba con el Barça un noviembre del 2003, en un partido amistoso frente al Porto. Casi un año después, llegaba el debut en La Liga y el resto... es historia. Cataluña veía el ascenso de uno de los mejores jugadores de la historia. Sí, deje de discutirlo, Messi está, junto a Pelé, Maradona, Cruyff, Di Stefano, Platini y Beckenbauer, entre las más grandes glorias de este deporte.
No, no importa si ganó o no un mundial, no importa si ganó o no una Copa América. Messi sigue siendo grande, como sigue siendo grande Puskas, como sigue siendo grande Cruyff, como sigue siendo grande Platini, sin necesidad de haber levantado una copa del mundo.
¿Acaso ser el máximo goleador de su selección no cuenta como grandeza?, ¿o haber conseguido la Liga de Campeones en cuatro ocasiones?, ¿ser premiado con el Balón de Oro en cinco oportunidades?, ¿ganar la Liga de España ocho veces?, ¿levantar cuatro Copas del Rey? ¿No sirve eso? ¡Vaya!, qué feo es comparar, pero ¿cuántas Ligas de Campeones ganó Maradona?
Messi está frente a la pelota. No pudo haber jugador con más presión sobre sus hombros. "Es Messi, no puede fallar", dicen. Es humano también -aunque no parezca-, con problemas y obligaciones. Sólo unos días antes estaba declarando en el juzgado de España, y, aún así, tomó un avión, llegó a EE.UU., golpeado física -estaba lesionado- y emocionalmente. Con todo eso en su cabeza, Messi es el primero en tirar para su equipo, pero... la pelota se va a las gradas, se va con ella su sueño de levantar una copa con la Argentina. ¿Se termina su historia con la selección? No. Seguramente volverá, pero mientras se decide, a ver si aprendemos a valorar su juego. ¿Le gusta el fútbol? Entonces disfrute, porque Messi no es inmortal.
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Lo normal habría sido que los titulares de los medios masivos le dieran todo el protagonismo a Chile, pero un anuncio inesperado provocó que se reconsideraran las prioridades.
"Se terminó para mi la selección", decía Messi después de perder una nueva final con la albiceleste (perdió la final del Mundial 2014 con Alemania y la final de la Copa América 2015 con Chile).
Se repetía la historia: Final de Copa América –esta vez en Estados Unidos–, con el mismo rival (Chile), empate sin goles en los 120 minutos y definición por penales. Otra coincidencia: Messi era el primero en tirar para su equipo, pero...
Se repetía la historia: Final de Copa América –esta vez en Estados Unidos–, con el mismo rival (Chile), empate sin goles en los 120 minutos y definición por penales. Otra coincidencia: Messi era el primero en tirar para su equipo, pero...
El 24 de junio de 1984 nacía en Rosario, Argentina, Lionel Messi. Un pequeñito que llevaba la pelota cocida a sus zapatos deslumbraba al barrio entero. Sí, era diminuto, pero ¡Cómo jugaba ese niño! Dejaba en ridículo a contrincantes años mayor a él y era la figura de las inferiores de Newell's Old Boys. Jugadorazo, hábil, genio, dotado, todo lo que quiera, pero ¿quién se fijaría en ese petiso?AHORA: Messi: "Se terminó para mí la Selección" https://t.co/Nws9kiScoV— TyC Sports (@TyCSports) 27 de junio de 2016
–Ah, ¡qué tonto fui! –habrán dicho muchos de los que le cerraron las puertas en Argentina cuando miraban por televisión como ese petiso se convertía en el goleador más joven de la historia del FC Barcelona.
Una servilleta, sí, una servilleta fue donde, por vez primera, Messi firmó un contrato para el Barça. Y es que alguien tuvo una corazonada, alguien tuvo visión, alguien tuvo ¿suerte? Llámelo como quiera. Lo cierto es que si no hubiera sido por Charly Rexach, en este momento no estaríamos hablando de esto, y simplemente nos limitaríamos a escribir sobre la mejor Chile de la historia. Entonces vale decir: ¡Gracias, Charly!
Pasaron los años, las hormonas de crecimiento funcionaron y, con 1,69 de estatura, Messi debutaba con el Barça un noviembre del 2003, en un partido amistoso frente al Porto. Casi un año después, llegaba el debut en La Liga y el resto... es historia. Cataluña veía el ascenso de uno de los mejores jugadores de la historia. Sí, deje de discutirlo, Messi está, junto a Pelé, Maradona, Cruyff, Di Stefano, Platini y Beckenbauer, entre las más grandes glorias de este deporte.
No, no importa si ganó o no un mundial, no importa si ganó o no una Copa América. Messi sigue siendo grande, como sigue siendo grande Puskas, como sigue siendo grande Cruyff, como sigue siendo grande Platini, sin necesidad de haber levantado una copa del mundo.
¿Acaso ser el máximo goleador de su selección no cuenta como grandeza?, ¿o haber conseguido la Liga de Campeones en cuatro ocasiones?, ¿ser premiado con el Balón de Oro en cinco oportunidades?, ¿ganar la Liga de España ocho veces?, ¿levantar cuatro Copas del Rey? ¿No sirve eso? ¡Vaya!, qué feo es comparar, pero ¿cuántas Ligas de Campeones ganó Maradona?
Messi está frente a la pelota. No pudo haber jugador con más presión sobre sus hombros. "Es Messi, no puede fallar", dicen. Es humano también -aunque no parezca-, con problemas y obligaciones. Sólo unos días antes estaba declarando en el juzgado de España, y, aún así, tomó un avión, llegó a EE.UU., golpeado física -estaba lesionado- y emocionalmente. Con todo eso en su cabeza, Messi es el primero en tirar para su equipo, pero... la pelota se va a las gradas, se va con ella su sueño de levantar una copa con la Argentina. ¿Se termina su historia con la selección? No. Seguramente volverá, pero mientras se decide, a ver si aprendemos a valorar su juego. ¿Le gusta el fútbol? Entonces disfrute, porque Messi no es inmortal.
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